¿Estás en la menopausia? ¡Ahora tienes que cuidarte más que nunca!

- Pérdida de densidad ósea: la menopausia puede aumentar el riesgo de osteoporosis, enfermedad que se caracteriza por una disminución de la densidad de los huesos a causa de la pérdida del tejido óseo normal.
- Pérdida de cabello: muchas veces hay un adelgazamiento del cabello, que puede deberse a cambios hormonales.
- Dolor articular: similar a la artritis, suele empezar por las manos y aparece debido a la disminución de los estrógenos.
- Dificultades cognitivas: problemas de memoria y concentración, conocidos como "neblina cerebral".
- Alergias y sensibilidades: pudeen desarrollarse nuevas alergias o sensibilidades a sustancias previamente toleradas.
- Problemas cutáneos: cambios en la piel, como la sequedad y la pérdida de elasticidad.
- Problemas digestivos: cambios en la digestión, como estreñimiento o síndrome del intestino irritable.
- Cambios en el olfato y gusto: la menopausia puede afectar a la percepción de sabores y olores.
- Infecciones recurrentes del tracto urinario: la reducción de los estrógenos puede aumentar la susceptibilidad a las infecciones urinarias.
- Problemas en las encías: pueden inflamarse y sangrar con mayor facilidad.
¿Qué puedo hacer?
En la mayoría de los casos, siempre consultando con tu farmacéutico o farmacéutica, puedes aliviar o prevenir estos síntomas con complementos alimenticios que contengan arándano rojo, manosa o vitamina C, entre otros.
Para la piel, es clave la protección solar y el uso de cremas hidratantes antienvejecimiento. Con la bajada de estrógenos, aumenta la sequedad, que debe tratarse para no favorecer la aparición de arrugas y falta de firmeza. Se recomienda complementar la crema de día con una crema de noche regeneradora, rica en activos nutritivos y reparadores, y un sérum intensivo, que potencie los efectos de la crema, especialmente con antioxidantes o ácido hialurónico.
Finalmente, también se recomienda el uso de probióticos para mantener la microbiota vaginal íntegra. Los Lactobacillus son los microorganismos más numerosos de la flora vaginal por lo que su toma (vía oral o vaginal) es de elección cuando haya infecciones vulvovaginales de repetición. Los lubricantes e hidratantes vaginales están indicados en síntomas leves genitourinarios.