Tratar las cicatrices

Tratar las cicatrices

Se considera «cicatriz» la señal o marca en la piel después de cerrar una herida, es decir, la piel que crece sobre un corte, una llaga, una quemadura... No son todas iguales ni funcionan del mismo modo: cada cicatriz se cura a su manera y con un ritmo diferente, ya que su evolución suele variar dependiendo de algunos aspectos como la zona en que se produce, la edad de la persona, el tamaño y la profundidad de la herida, entre otros. En el caso de los queloides, por ejemplo, el tejido cicatricial puede crecer de más debido a una fabricación excesiva de colágeno y provocar un engrosamiento de la cicatriz y esta anomalía puede responder a motivos genéticos. Asimismo, las mujeres también son más propensas a sufrirlos, así como los menores de 30 años.

Una cicatriz empieza en el momento que no hay herida abierta ni costras y pasa por diferentes fases. Al comienzo tendrá una tonalidad rosácea, que es cuando está más activa y tenemos más capacidad de actuar para modificar el resultado. Si es reciente debemos excluir los tratamientos irritantes, como las exfoliaciones, y tener mucho cuidado con las que estén situadas en zonas de fácil tensión de la piel: espalda, escote, hombros...

Capacidad de cicatrización según la edad

Los niños y las personas jóvenes tienen una mayor capacidad para fabricar tejido superior, así que es posible que las cicatrices que produzcan sean más gruesas. Las personas mayores normalmente tendrán un proceso de cicatrización más lento.

La zona del cuerpo

La zona donde la cicatriz se produzca también es determinante para el proceso de recuperación. Las partes que dificultan la cicatrización son las que están en áreas de movimiento frecuente como articulaciones, ya que, si la herida se mueve constantemente, puede acabar provocando una cicatriz más ancha. Tampoco ayuda que la zona esté húmeda o que sufra el roce con la copa u otras zonas del cuerpo. La zona que cicatriza mejor son las manos.

La causa de la herida

Cada tipo de cicatriz funciona diferente. Los cortes hechos en operaciones quirúrgicas son más profundos per, al haber sido realizados por un profesional, son más controlados que los de un golpe, a pesar de que estos últimos suelen ser más leves y rápidos de curar. Las heridas que presentan más dificultad de curación suelen ser las quemaduras.

¿Cómo tratarlas?

Mientras exista la herida previa, es necesario extremar los hábitos de higiene y, además, desinfectar la zona afectada según las indicaciones del especialista que nos haya atendido por la herida. Es importante evitar, salvo indicaciones contrarias, la aplicación de productos dermocosméticos en la herida abierta.

Además, se recomienda seguir estas recomendaciones:

Protección solar:

No nos podemos olvidar nunca de utilizar protección solar, pero debemos tenerlo todavía más en cuenta si estamos cuidado una cicatriz. Hay que utilizar protección alta (50+ SPF) y reaplicar la protección tantas veces como sea necesario durante las exposiciones a la radiación solar.

Crema cicatrizante:

Para mejorar el aspecto y/o la evolución de la cicatriz, se puede aplicar una crema que facilite el proceso de cicatrización. Es importante consultar a la farmacia o especialista de confianza la frecuencia y periodicidad de aplicación.

Parches

Existen diferentes tipos de parches que, pegados a la piel, administran tratamiento a la cicatriz durante todo el día, sin que sea necesario pensar en ello cada período de tiempo. Es recomendable no utilizar los parches al mismo tiempo que la crema cicatrizante, sino que es mejor ir alternando.

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